¿Qué país esperamos para el 2025?

 Hace un siglo recién se había terminado la guerra intestina entre diversas facciones en lo que conocemos como la Revolución Mexicana, iniciada con el arribo al poder de Francisco I. Madero en los albores de la segunda década del siglo XX y el autoexilio del presidente Porfirio Díaz Mori, quien luego de presentar su renuncia al cargo que había ostentado durante más de treinta años, dejó el país y en el buque Ipiranga partió rumbo a su destino final en Europa acompañado de sus familiares y algunos de sus colaboradores.

Surgió el Partido Nacional Revolucionario, PNR, inspiración de quien fuera presidente de la República Plutarco Elías Calles, que llevó a la constitución del corporativismo al crearse la Confederación de Trabajadores de México, CTM, la Confederación Nacional Campesina, CNC y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, CROC, lo cual aglutinó a grandes masas de trabajadores fáciles de conducir en los periodos para la elección presidencial, de ahí que la génesis del partido único, el Revolucionario  Institucional , PRI, dio lugar, con el apoyo de aquellas, a la prevalencia por siete décadas de una hegemonía, calificada como “la dictadura perfecta” por el famoso escritor Mario Vargas Llosa, nacido en Arequipa, Perú y Premio Nobel de Literatura.

Lo cierto es que mientras Inglaterra, Francia, Alemania e Italia y luego Japón, principalmente, resurgían en ese lapso de las cenizas de dos devastadoras guerras mundiales, nuestro país que no fue víctima de tales conflictos bélicos, tuvo un desarrollo económico sumamente lento en comparación con la velocidad con la que se recuperaron dichas naciones. Y si la población de México crecía exponencialmente y se mantenía empobrecida, los bolsillos de los herederos de la clase revolucionaria rica se hartaron de bienes de todo tipo, incrementaron sus inversiones bancarias incluso fuera del territorio nacional, la corrupción y la impunidad se apoderaron de todo el país, como una maldita herencia de los vicios llegados del continente europeo por una España en decadencia, de los que no se escapa el poder del clero que alcanzó riquezas inmensas a sangre y fuego durante el coloniaje en “nombre de Dios”, aunado a los defectos sociales de las múltiples civilizaciones prehispánicas dispersas en lo que hoy es nuestro país.

Esa creciente corrupción e impunidad echó raíces en todos los niveles de los tres poderes de la Unión, favoreció la aparición de los llamados cárteles del crimen organizado los que fueron extendiendo su dominio en la República, pero lo peor es que se introdujeron al interior del núcleo familiar, expresándose de mil maneras en la vida diaria. Así llegamos al año 2000, a años luz de las grandes potencias económicas y sociales del mundo. En una falsa democracia el Partido Acción Nacional quiso recomponer el camino en una suerte de transición y en 12 años en el poder no pudo y no supo cómo superar la salvaje herencia del pasado, volviendo el PRI a recuperar terreno por la simpatía de su candidato y por el desengaño de los 12 años con el panismo. Sin embargo, la realidad es que todavía no tocábamos fondo con los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, y otra vez el pueblo de México quiso probar suerte luego de que el PRI volvió a las andadas del siglo pasado; por ello Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones del 2018 con Morena, el partido que recién había fundado, y lo hizo de manera arrolladora. Tuvo la gran oportunidad de iniciar el cambio de rumbo del país y la desperdició con un engendro que llamó la “4ª Transformación”. Los resultados de su gestión están a la vista: dejó a México camino hacia el precipicio, como bien lo expresan Macario Schettino y María Amparo Casar en sus libros con datos duros del oficialismo. Ahora, Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer presidenta de México, intentará lo que no han logrado sus antecesores, pero sus metas y estrategias se sustentan en un imaginario 2º piso de la 4ª Transformación, lo cual no es ninguna garantía de éxito. ¿Hacia dónde iremos en el 2025? ¿Qué nos depara nuestro destino? Tan cerca de Donald Trump y con tan ominoso pasado e inseguro futuro. Vivamos en paz y defendamos nuestra libertad, principios y valores.

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.