Usted ¿Qué haría?
El artículo “Retornar a la juventud” del Dr. Servando Nava Echeverría, mi dilecto amigo y colaborador en esta página editorial, del día 16 del presente mes, me hizo recordar la pegajosa melodía ¿Usted Qué Haría?, éxito musical del cantante argentino Diego Verdaguer, radicado en nuestro país y fallecido el 27 de enero del 2022. Me centraré en lo que expresa el primer párrafo que dice así: …”Miren si en esta vida nos dieran otra oportunidad; miren si se pudiera parar el tiempo, volverlo atrás; miren si se pudiera con experiencia recomenzar; miren si se pudiera borrar las cosas que hicimos mal: ¿Usted, qué haría? Autores: Graciela Beatriz Carballo/ Amanda Antonia Miguel y el propio Diego Verdaguer. Aunque el texto de la canción se dirige al aspecto sentimental, a una mala relación de pareja, sirve para recapacitar acerca de los problemas de salud física y mental que millones de personas pudiéramos haber evitado de seguir las medidas elementales de prevención desde nuestra niñez. Me explico.
El lavado de manos, la higiene dental y su profilaxis semestral, el diario ejercicio físico con medida, una dieta saludable para mantener un peso corporal de acuerdo al sexo, estatura y edad , el reparador descanso y el tiempo apropiado para dormir, la aplicación de esquemas completos de vacunación, la temprana revisión de la agudeza visual y de ser conveniente el uso de lentes, y también la detección oportuna de defectos congénitos o de enfermedades raras, la visita periódica al médico para prevenir padecimientos silenciosos (hipertensión arterial, diabetes mellitus, cáncer, etc,), la desparasitación intestinal dos veces al año, la ingesta moderada de bebidas alcohólicas, el evitar el consumo de las llamadas drogas ilegales y del tabaco o de los llamados vapeadores, la práctica de relaciones sexuales de manera higiénica y de ser indispensable con uso del condón, etc.
Si se siguieran puntualmente dichas medidas descenderían estrepitosamente varias de las enfermedades que son causa de muerte y que ocupan algunos de los diez primeros lugares de la morbimortalidad, se incrementaría la esperanza de vida y por ende la longevidad con calidad de vida, disminuirían las discapacidades físicas y mentales y se abatirían los costos de la atención médica que actualmente representan un grave problema económico para las familias y para la sociedad en su conjunto. En ese tenor basta con saber los datos de lo que representan para el presupuesto de nuestro país el tratamiento, control y rehabilitación de los pacientes con padecimientos crónicos y degenerativos, así como de sus complicaciones. Ni que decir de lo que significan los gastos catastróficos en atención médica para las familias así como el grado de sufrimiento de enfermos y familiares cuando los pacientes son diagnosticados con padecimientos de larga duración.
Así es que si Usted se encuentra en la situación de mantener su vida en un estado deplorable de salud por no haber seguido las medidas señaladas al inicio del presente artículo, aplica exactamente el primer verso de la famosa melodía de Diego Verdaguer, aunque a estas alturas, si rebasa la séptima década de su vida, ya casi se pueda considerar que es demasiado tarde para volver atrás y recomenzar; sin embargo no todo está perdido si existe en Usted la esperanza de tener un final de su existencia más llevadero y con un menor grado de sufrimiento. Es obvio que se requiere saber su edad, sexo, estado real de su salud, es decir el o los diagnósticos de las enfermedades que lo afligen para poder emitir un posible pronóstico médico y la probable solución de manera temporal. Lo cual quiere decir que posiblemente podría lentificarse o incluso detenerse la evolución clínica de las complicaciones de sus enfermedades como es el caso de la Diabetes mellitus, Hipertensión arterial, o cualquier otro padecimiento crónico degenerativo.
Se dice comúnmente que la vida nos pasa la factura por nuestro comportamiento durante la juventud y madurez y la verdad es que no tendremos otra oportunidad de volver atrás para recomenzar y menos aún para aplicar los conocimientos, experiencia y sabiduría que presumimos en nuestra vejez; eso no es posible, solo en versión cinematográfica, ¿o no?
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