Migración en México. Efectos en la salud
Abordé el tema de la situación de los migrantes extranjeros en tránsito por nuestro país en mi artículo del 20 de abril del 2019, el título fue: “Migrantes en la frontera sur”; naturalmente que el tratamiento que le dí a mi texto fue desde el punto de vista de la Salud Pública, en el que destaqué la probabilidad de que la presencia de personas provenientes de infinidad de países de varios continentes ocasionara la introducción de enfermedades transmisibles, algunas de las cuales han sido eliminadas de México o se encuentran bajo control, o lo que es peor que representen una novedad en nuestro panorama epidemiológico. Inclusive di a conocer un vasto listado de dichas patologías. Al respecto, el Dr. Ricardo Nagaya Escobar, excelente epidemiólogo que presta sus servicios en la Jurisdicción Sanitaria No. 2 con sede en la ciudad de Juchitán de Zaragoza en la región del Istmo, disertó de manera brillante durante la 60a Reunión anual de la Sociedad Oaxaqueña de Salud Pública, sobre ese tema con una presentación que llevó por título “Enfermedades asociadas a la movilidad humana”. Con suficiente información estadística oficial el Dr. Nagaya hizo gala del dominio que tiene en su especialidad y con ello reforzó con amplitud los conocimientos de todos los presentes y reafirmó lo que yo expresé hace más de cinco años. La lluvia de datos fue de gran impacto no solo en cuanto a la cantidad de migrantes que han pisado el territorio de nuestro país y la forma en que lo han hecho sino en cuanto a la nacionalidad de los mismos, llevándose el primer lugar los venezolanos, seguidos por los centroamericanos, luego de otros países de Sudamérica, después los que provienen de islas del Caribe, los del continente africano algunos de los cuales se dan el lujo de viajar en avión y hospedarse en hoteles sin tener que seguir la ruta de la mayoría, sobre todo el temible Paso del Darién también conocido como el Tapón del Darién ubicado en la región subtropical en la frontera de Colombia con Panamá; además la presencia de migrantes de origen europeo y de manera asombrosa de los que provienen del continente asiático; ahora mismo, esta semana, fueron detenidos por elementos del Instituto Nacional de Migración un buen número de egipcios y nos asombramos al observar en la televisión que en Tijuana existe un albergue exclusivo para musulmanes.
En el artículo donde traté este tema ya adelantaba que los migrantes que cruzan nuestra frontera sur podrían transmitir enfermedades infecto contagiosas que no existen en México o aquellas que en nuestro país presumimos de que están eliminadas o bajo control; en el caso de las primeras el Dr. Nagaya mostró como ejemplo al Pian, enfermedad producida por una bacteria cuyo único reservorio parecen ser los humanos y la evidencia clínica son las úlceras en la piel; nuestro epidemiólogo observó y demostró varios casos en una familia de la región del Istmo y concluyó que quienes fueron causantes de la transmisión provenían de África y que además las condiciones del ambiente son propicias. No es de extrañar que ya existen casos de otras enfermedades, las que resultan difíciles de diagnosticar por los médicos que no tienen conocimiento de su existencia autóctona en México y la otra situación que preocupa es que vuelvan al país padecimientos que ahora han adquirido el carácter de emergentes. De hecho la gran movilidad humana en el mundo conlleva a que se trasladen enfermedades de una región a otra al interior de un país.Así las cosas es indispensable y conveniente que así como el Dr. Nagaya Escobar hace un trabajo de filigrana, serio, científico, así también las autoridades de salud federal intervengan con un programa permanente dirigido a seguirle los pasos a los migrantes que cruzan nuestras fronteras, sobre todo la del sur con un enfoque epidemiológico y considere la capacitación del personal médico de las dependencias del sector público de la salud y de los médicos que ejercen privadamente, estableciéndose un excelente sistema de información y evaluación epidemiológica. Indiscutible es la necesidad de hacer lo propio con los habitantes de los municipios y localidades por donde transitan y pernoctan los migrantes. Es inaplazable hacerlo cuanto antes.
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