La humanidad ante las pandemias virales
Armando Batra hace un sucinto recuento de las epidemias, algunas de las cuales se expandieron como pandemias; de las registradas en los últimos 65 años incluye a las siguientes: virus de Machupo (1959), virus de Marburgo (1967), virus del Ébola (1976), virus del VIH 1 (1871), virus del VIH 2 (1986), virus del Hendra (1994), virus de la Gripe aviar (1997), virus del Nipah (1998), virus del Nilo Occidental (1999), virus del SARS (2003), virus de la Gripe Porcina (2009), virus del SARS-CoV-2 (2019). “Exceso de muerte. De la Peste de Atenas al Covid 19”. Cap.VII Zoonosis. págs. 69-79. Edit. Fondo de Cultura Económica. 2022. La frecuencia de aparición de nuevos virus es uno de los temas que da a conocer la OMS en sus informes anuales y ello obedece a la extraordinaria capacidad de dichos microorganismos para mutar, de tal manera que aparecen nuevas cepas con un efecto cada vez más invasivo, patogénico y por ende más destructor del cuerpo humano. Ejemplo de ello ha resultado con el virus causante del Covid 19 cuya pandemia ha sido calificada por la propia OMS como la más devastadora de los últimos 100 años desde los estragos causados por la pandemia de Influenza, llamada también Gripe Española de los años 1919-1920.
La historia de la medicina nos remite a los siglos en los que las bacterias y los virus causaron una cantidad impresionante de víctimas mortales y daños que ocasionaron el colapso económico de los países afectados. Destacan las pandemias de Peste bubónica, Cólera, Viruela, Sarampión, Paludismo, entre otras. Imposible salvar a tanta víctima en el largo periodo en que la ciencia médica se encontraba entre las tinieblas del conocimiento. De hecho es sumamente corto el tiempo en que el nacimiento y desarrollo de la bacteriología, la parasitología, la virología y la epidemiología hicieron posible la prevención, tratamiento y control de la mayoría de las enfermedades transmisibles; y aun así no hemos podido dominarlas y se mantiene en la incertidumbre los efectos colaterales que seguirá padeciendo la humanidad. Sin duda, el advenimiento e incremento de las vacunas ha sido uno de los adelantos más prodigiosos de la especie humana.
Lo más seguro es que esta última continuará enfrentándose cada día a mayores retos producidos por los seres microscópicos, un ejemplo de ello son los efectos mortales que en la actualidad son atribuibles al uso y abuso de antibióticos de manera excesiva e indiscriminada, lo que ha traído como consecuencia la llamada resistencia bacteriana.
Una cosa es segura, los microorganismos cuya cantidad y variedad es harto difícil de calcular, sobrevivirán a la especie humana cuando esta, por efectos de aquellos o por las consecuencias de sus propios actos de autodestrucción desaparezca para siempre de nuestro planeta. Otros seres vivos pluricelulares nos sustituirán y continuará la cadena de la evolución mientras la Tierra permanezca en el universo. Mientras tanto la capacidad de respuesta de nuestra especie buscará evitar que lo descrito suceda en el largo plazo, pues ello representa la posibilidad de sobrevivir y mantener nuestro dominio sobre todos los seres vivos. Hasta ahora su inteligencia lo ha logrado; tiene que aceptar que el desafío es enorme.
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