Huracán

 Lo que ocurrió el pasado fin de semana tuvo el efecto de un gran Huracán, pues se observaron, válgase la comparación, las fases de ese fenómeno de la naturaleza antes, durante y posteriormente al proceso electoral que vivimos en México, tanto en lo que corresponde a la elección para la presidencia de la República como para la constitución del Congreso de la Unión en sus dos cámaras y, por supuesto, en las nueve entidades federativas para la renovación de su respectivo poder ejecutivo. Un super huracán de categoría V y con ráfagas de viento superiores a los 250 kilómetros por hora, cuyas bandas nubosas dejaban entrever sus efectos devastadores desde antes de tocar el macizo continental de nuestro país, un símil de lo que fue el inolvidable huracán Otis que tanto daño causó en el puerto de Acapulco el año pasado.

Nada más que el que me refiero fue avanzando lentamente a lo largo de los meses de campaña por la presidencia, acentuándose el riesgo de destrucción en cada debate de los tres candidatos, dos mujeres y un varón, los que fueron intensificando su confrontación verbal en cada nuevo encuentro organizado por el Instituto Nacional Electoral, INE. Esa fue la fase inicial del huracán, el que una vez instalado, de repente nos vimos en el centro del mismo, en donde tuvimos una aparente calma, con una duración de cuatro días, los tres que siguieron al cierre de las campañas de los candidatos y el día de las elecciones en todo el país. En ese pequeño lapso de tiempo todo transcurrió en medio de una notable tranquilidad al paso de las horas, en las urnas de cada una de las casillas distribuidas a lo largo y ancho de la República. Estábamos en el centro del huracán, ese, que en la realidad invita, en lugares de playa, al disfrute de la vida sin medir el peligro que viene casi de inmediato luego de entrar de lleno la otra “mitad” del terrible fenómeno, la que se convierte en un verdadera pesadilla para los habitantes del área afectada. Y esto último, me temo, es ahora lo que nos puede acontecer a todos los mexicanos una vez que hemos sabido los resultados de la votación informados tardíamente por el propio INE, al filo de la media noche de este histórico dos de junio. Me explico a continuación.

Se dispone de información vertida oficialmente por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, AMLO, la que ha servido a sus opositores para adelantar que el 2025 va a ser un año crítico para la economía nacional de acuerdo a los expertos financieros de nuestro país y del extranjero, a pesar de que la hoy presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo haya ratificado en el cargo de Secretario de Hacienda y Crédito Público al Doctor en Economía Rogelio Ramírez de la O. Dicha situación podría haberla enfrentado también la candidata perdedora, Xóchitl Gálvez Ruiz. La cuestión financiera radica en que la recuperación económica después del desplome observado en el 2019, ha impactado el resto del sexenio de AMLO a grado tal que se vislumbra un crecimiento cero de manera global, lo que no sucedió con ninguno de sus antecesores al término de su gestión. Es cierto que el gobierno federal presume buenos resultados macroeconómicos, pero la realidad es que el gasto interno ha sido impresionante con lo invertido en los programas sociales que son responsabilidad de la Secretaría del Bienestar y las obras de gran calado que aún no operan como lo previó el propio AMLO: Tren Maya, Refinería Dos Bocas, el Corredor Interoceánico, etc. Es recomendable la lectura del libro de la periodista María Amparo Casar Pérez “Los puntos sobre las íes” (1era edición marzo 2024), donde ofrece una extensa información acerca de este tema y en la que hace énfasis en la absorción de recursos presupuestales de decenas de fideicomisos y otras entidades de la administración pública federal, los que supuestamente han sido canalizados para sostener el enorme boquete a nuestra economía en gran parte del sexenio de AMLO.

En fin, la proyección de nuestra economía no parece ser nada halagüeña para los primeros años del próximo gobierno. Podrían ser años críticos, las bandas de vientos y agua del huracán posteriores al momento que vivimos de tensa calma entre el jueves 30 de mayo y el domingo dos de junio. Ojalá y no ocurra esta visión negativa y a México le vaya bien.

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