Un atentado a la Salud Pública en la avenida Juárez de la Ciudad de México
La hermosa avenida Juárez era atravesada por muy pocos transeúntes en ambos sentidos; lo mismo sucedía con la Alameda.
Y la otra justificación para conocer ese sitio histórico eran los desfiles militares de cada 16 de septiembre a los que era muy gratificante acompañar a mis padres y a mis otros hermanos menores de edad, así como a la ceremonia de gala frente al ya señalado Hemiciclo, cada 21 de marzo para conmemorar el natalicio del Coloso de Guelatao, como le llamó el Profesor Carlos Velasco Pérez al titular el libro biográfico que le dedicó a su paisano de la Sierra del distrito de Ixtlán, en el estado de Oaxaca. Esas magnas ceremonias eran presididas generalmente por el presidente en turno de nuestro país. Esas escenas continuaron por largos años y durante 75 de ellos el área fue objeto de remodelaciones y diversos cuidados en acciones de conservación y mantenimiento por cada una de las 12 administraciones del gobierno de la ciudad hasta nuestros días.; en ese ínterin la población de esta última creció exponencialmente, triplicándose de alrededor de tres millones de habitantes en 1950 a 9.2 millones en el 2020, según el Censo de Población y Vivienda del INEGI de dicho año. Pero hay que tomar en consideración que esa enorme masa de seres humanos es una fantasía en la realidad porque en la cosmopolita capital de México transita una población móvil procedente de los estados que integran la gran megalópolis del enorme Valle junto con la CDMX; así como de población migrante y de un significativo porcentaje de turismo nacional e internacional.
Pero aquella visión que he narrado de mi niñez se ha modificado en grado sumo por efectos de la sobrepoblación, rl incremento vehicular, la creciente autorización e invasión del comercio informal, la plaga de marchas y plantones de grupos sociales que por múltiples motivos un día sí y otro también, los que destruyen y asaltan comercios, monumentos históricos y el mobiliario público, hoteles y oficinas de gobierno, alteran el orden público y prácticamente paralizan el libre tránsito vehicular, así como la indignante aparición y franca estancia permanente de decenas de vagos, hombres y mujeres jóvenes sin oficio ni beneficio, hundidos en su mundo de drogadicción a base fundamentalmente de marihuana; un grupo de ellos, del sexo femenino mantiene una larga manta en la que aparece el título “Mujeres amantes dela marihuana”; y todavía más y peor, se atreven a vender sus paquetes de drogas en plena vía pública, donde también, a unos cuantos metros amenizan con u n volumen de más de 100 decibeles los conjuntos musicales de rock callejero todos los días y en un rincón de la Alameda se les ve vestidos de negro o ropa estrafalaria, y fumando con vapeadores que ya están prohibidos por el poder legislativo. No es nada desconocido pero sí preocupante que drogadictos e indigentes dormitan por las noches en las calles aledañas y, parece mentira, hasta en la banqueta del Palacio Chino que conocí en mi niñez.
En mi última visita a ese sitio, acompañado de mi esposa, vi con nostalgia coraje el que parece irremediable destino que le depara el tiempo a un espacio público sumamente afectado en su imagen y misión. Conviene destacar las condiciones en que se encuentran los jardines de la Alameda Central, otrora un paraíso terrenal colmado de hermosos jardines, ornamentos y de cuidados especiales.
Podría decir que este artículo demuestra lo que expresé en el anterior de hace una semana. Lo que acontece ahí sin duda alguna afecta a la Salud Pública y es un insulto a la dignidad humana y un total desprecio a nuestros sitios históricos. ¿Tiene solución? Sí, siempre y cuando se disponga de servidores públicos probos, con carácter, visión y voluntad política para tomar decisiones de gran calado como las que se requieren para ventilar todos los problemas que enfrenta la avenida Juárez, digamos un personaje al nivel de Jefe de Gobierno como lo fue el ilustre Ernesto P. Uruchurtu. Es obvio que tiene que intervenir el o la titular de la alcaldía: el momento actual es propicio para aplicar un proyecto a la brevedad posible porque recién se inició la actual administración de la Ciudad de México y dicho proyecto debe tener tal fortaleza que desde su aplicación pueda tener continuidad transexenal. Ojalá alguien del equipo de trabajo de Clara Marina Brugada Molina, la actual jefa de gobierno le informe sobre el contenido de este artículo.
Un atentado a la Salud Pública en la avenida Juárez de la Ciudad de México
Reviewed by Dr. Miguel Ángel Ramírez Almanza
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viernes, marzo 28, 2025
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